Qué pasa cuando una persona ahorradora se casa con una que no le gusta hacerlo

Hemos crecido oyendo afirmaciones como que “los polos opuestos se atraen” o “cuando hay amor, el resto sobra”. Es posible que incluso conozcas a alguna pareja que cumple con esa premisa a rajatabla. Sin embargo, lo que la ciencia y la lógica nos dicen es otra cosa.

Por un lado un estudio de la Universidad de Wellesley en Massachusetts y de la Universidad de Kansas ha desvelado que las parejas más duraderas son las que comparten gustos e intereses, no las que son opuestas. De hecho, la investigación desveló que esto es lo que propicia una segunda cita en un 86% de los casos. Por otro lado, el amor es imprescindible en una relación, pero hay otros muchos factores que a largo plazo pueden ser determinantes. El dinero es uno de ellos, como descubrió un trabajo de la Universidad Estatal de Kansas y de la Universidad Tecnológica de Texas.

De media, cada pareja discutirá 2,4 veces al año por dinero y seguirá haciéndolo mientras sigan juntos, da igual los años que lleven. El dinero es una de las principales causas de ruptura y está al nivel de una infidelidad. Lo que ocurre es que el dinero tiene la curiosa virtud de hacer aflorar otros problemas en la pareja y otras incompatibilidades. Por eso mismo, cuando un ahorrador se casa con un gastón es lógico que tarde o temprano surjan roces.

El más común suele tener que ver con la distribución del gasto y a qué se destina el dinero de la pareja. Cuando para una de las personas resulta importante tener un coche muy caro por cuestiones de estatus o salir a cenar varias veces toda la semana y la otra no sólo no lo valora tanto, si no que lo considera un gasto prescindible y preferiría ahorrar, es evidente que existen diferentes visiones sobre la gestión financiera en pareja.

Hay dos herramientas para atajar este tipo de situaciones. La primera es contar con un presupuesto cerrado que distribuya los gastos de la pareja y evite roces de ese tipo. Para que lo entiendas mejor, si la partida de ocio es de 250 euros al mes, ese es el capital que se podrá destinar a cenar, por ejemplo. Como ocurre con el preahorro, lo complicado será establecer el presupuesto, pero una vez logrado la entente, bastará con ajustarse a él sin posibilidad de discusión, por lo menos en teoría.

La segunda alternativa es que cada persona de la pareja tenga un presupuesto personal además del que compartan para poder gastar en lo que quiera. Es como un espacio de gasto que no daría lugar a posibilidad de crítica de ningún tipo. El mayor escollo para esta solución es el reparto de ese dinero privado, sobre todo cuando uno gana más que el otro.

Adelantarse al problema, hablar abiertamente de dinero

Que pasa cuando una persona ahorradora

Como en casi todos los ámbitos vitales, la planificación es la mejor forma de evitar problemas y, en este caso, discusiones. Seguro que te encantaría saber el grado de compatibilidad financiera con tu pareja de antemano. Pues es algo tan sencillo como sentarse a charlar sobre dinero y objetivos vitales abiertamente. Y es que, a fin de cuentas, el capital no es sino una herramienta para facilitar la consecución de determinadas metas y una fuente de tranquilidad. Por eso muchas parejas terminan rompiendo cuando aparecen los problemas económicos.

Es importante tener una buena conversación sobre ahorro familiar, objetivos financieros y gastos antes de casarse o simplemente llevar la relación a otro nivel como el de irse a vivir juntos. Piensa que cuando se estrena vida en pareja surgirán muchas pequeñas disputas por cuestiones relacionadas con las tareas domésticas y las costumbres que cada uno pueda tener en casa y no querrás que el dinero sea un problema añadido.

Por eso mismo lo normal para empezar es establecer un presupuesto conjunto para los gastos corrientes y otro de ahorro para objetivos comunes como puede ser un viaje. De hecho, estas metas conjuntas son una de las mejores fórmulas para afrontar la disparidad de visiones sobre el ahorro y el gasto.

Pero no basta con una sola conversación económica, es recomendable que ambos repaséis juntos vuestras finanzas cada cierto tiempo para ver que seguís alineados en el ámbito financiero.

Dinero y pareja: los problemas más habituales

Hay una serie de cuestiones relacionadas con la gestión del dinero en pareja que suelen repetirse con más frecuencia. Son las siguientes:

Cuando sólo no se ocupa de la gestión financiera. Al igual que se reparten las tareas domésticas, es habitual repartir el seguimiento de la economía familiar y que sea uno de los miembros de la pareja quien lleve casi toda la carga. Esto puede generar fricciones si la otra parte no está de acuerdo con la distribución de los gastos. La solución, de nuevo, pasa por establecer un presupuesto para gastos privados.

Cuando uno gana más que el otro. Uno de los reproches más habituales tiene que ver con los ingresos. La parte que más aporta pueden tender a hacer ver de forma airada que se está gastando su dinero. La solución en este punto puede pasar por establecer una aportación mínima para los dos miembros de la pareja y trabajar en objetivos conjuntos. Si ambos disfrutan es más fácil que no existan recriminaciones. Otra posible solución es analizar las debilidades y fortalezas de cada miembro, ya que igual uno es muy bueno consiguiendo ingresos y otro administrándolos y haciéndolos crecer.

Derrochón y Gastón. Son dos filosofías de gestión del dinero diferentes que pueden ocultar problemas psicológicos que convendría trabajar. Un presupuesto cerrado solucionará buena parte de los problemas.

Cuando sólo se discute de dinero. A los españoles nos cuesta hablar de dinero y por eso muchas veces más que dialogar, discutimos. Hay que abordar la cuestión con calma, comentando abiertamente las expectativas sobre las finanzas de la pareja y siempre con datos sobre la mesa. Al abordar lo relacionado con las finanzas es muy importante despejar la mente y olvidarse de reproches.

Y por supuesto, no olvides cuestiones básicas como no endeudarte, especialmente al preparar tu boda, ingresar siempre más que lo que gastas o acudir a un experto si necesitas ayuda en la gestión de tus ahorros.

Y eso es todo

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